Prácticas Profesionales

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Prácticas Profesionales

Las prácticas profesionales constituyen la primera experiencia de los futuros líderes y son su entrada al mercado laboral. Para las Universidades y Escuelas de Negocios de los MBA Directivos y Educación Ejecutiva, la experiencia lograda es una fuente de inspiración para muchos jóvenes y representa una oportunidad para enfrentar desafíos, trabajar en equipo y demostrar aptitudes.

Es fundamental realizar una práctica profesional por las siguientes razones:

  • Es una excelente oportunidad para ingresar al mercado laboral y comenzar a aprender sobre el sector profesional que elegiste en tu carrera.
  • La práctica profesional es una útil experiencia para conocer cómo funcionan las dinámicas laborales, qué se valora o no en la profesión y qué se puede aportar de nuevo en el sector.
  • Es un valor agregado en tu currículum. No cuenta solo como experiencia laboral, sino también profesional y suma puntos al momento de postularte como candidato en una empresa.
  • Es un buen medio para desarrollar competencias profesionales y empezar a aprender sobre hábitos de trabajo relacionados al área, inherentes a culturas y entornos de economías y modelos de negocios internacionales valiosos.

Es trascendental que las escuelas de negocios sean capaces de interpretar las señales e incorporar modelos educativos que permitan que los miles de estudiantes que pasan por sus aulas, enfrenten con éxito el mundo laboral futuro, dado el dinamismo de los mercados, el desarrollo de nuevas tecnologías y la automatización de los procesos educativos.

Los procesos de aprendizajes muchas veces son lentos, se cae en el dogmatismo respecto a ciertas formas y contenidos, por lo mismo que las escuelas de negocios deben contar con sistemas de actualización curricular que permitan detectar cuáles son las principales competencias y conocimientos que el mercado laboral requiere de sus futuros profesionales, y consecuencia, una afectiva capacidad de modificar lo que ya no es pertinente.

En esta línea, las humanidades, muchas veces menospreciadas, tienden a entregar una base de pensamiento más reflexivo, analítico y solido para enfrentar el futuro, en contraste con los sobrevalorados manuales de management que entregan una lista de buenas prácticas y recetarios técnicos.

En segundo lugar, es cada vez más frecuente que los nuevos profesionales se inserten en equipos heterogéneos donde no predomina una única visión y profesión. Es por esto, que la interdisciplina como metodología y contexto es fundamental. Ahora bien, no se trata solo de mezclar a alumnos de distintas carreras en cursos electivos o alternativos (algunos de escaso valor para el estudiante). La apuesta e innovación va más por agrupar a alumnos de distintas carreras para que puedan enfrentar un desafío o problemática común donde, no solo cada estudiante asuma una parte del trabajo, sino que produzca una fusión de visiones, miradas y propuestas.

Esto no es fácil de implementar, ya que las universidades y especialmente las Facultades deben dejar de lado una especie de soberbia curricular donde muchas veces se sobrevalora aquellos elementos y contenidos propios de sus respectivas disciplinas.

En tercer lugar, hoy es casi inexcusable no promover una mirada global en los estudiantes. En esa línea, el dominio del idioma inglés es casi una necesidad básica para quien quiera abordar de manera exitosa un futuro profesional. Por eso, de manera gradual y creciente, debe existir una oferta de cursos de carrera que sean dictados en inglés. Esto no solo es una valiosa herramienta para practicar un segundo idioma, sino también permite la comprensión de cierto lenguaje técnico necesario para el mundo del trabajo. Pero el fomento de un segundo idioma es solo el primer paso, los intercambios en el extranjero, cursos especializados que entreguen herramientas prácticas para hacer negocios en otras latitudes y el desarrollo de una comprensión de la economía internacional a partir de casos aplicados, son parte de la oferta de acciones que van en la línea correcta.

En cuarto lugar, son pocos los académicos que sostienen que el desarrollo de competencias y habilidades no se limita a un aprendizaje en aula. Hoy se hace cada vez más necesario el fomento de una experiencia integral donde se promueva que los alumnos participen y organicen actividades en terreno. A lo anterior, se suman espacios para que los alumnos puedan emprender. Incubadoras, aceleradoras de negocios y laboratorios de innovación son fundamentales para que los estudiantes aterricen lo que aprenden en clases, pero con la distinción de ser actividades que se construyen a partir de los intereses particulares y motivación de estos, y no solo por, el incentivo de la calificación.

Finalmente, un elemento fundamental en la educación de futuros hombres y mujeres de negocios es la ética profesional. Somos testigos de la destrucción de compañías, producto de faltas a la ética de altos ejecutivos y empresarios. Por esta razón, es imperativo formar a futuros empresarios y ejecutivos que sepan discernir acerca de las consecuencias que tienen sus actos y cómo estos afectan a sus empleados, clientes y usuarios. Para esto, el uso de casos que sometan al alumno a escenarios complejos va entrenando la capacidad de tomar decisiones en contextos difíciles y de alto riesgo.

¡SU ÉXITO, ES NUESTRO COMPROMISO!